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La red social virtual de Facebook
nació en Harvard en 2004, pero
su historia tiene origen en un fenómeno
del mundo real. El nombre
proviene de una antigua costumbre de
Harvard, muy anterior a Internet. Cada año,
la universidad publicaba y distribuía un libro
en el que figuraban todos los alumnos de la
promoción y su dirección en el campus universitario.
Se trataba de una especie de directorio
telefónico con fotos, y los estudiantes
acabaron dependiendo de él para su vida
social. De hecho, un año en el que la impresión
de este Facebook (libro de caras) se retrasó
debido a problemas editoriales, cuatro
alumnos de una de las residencias de Harvard
se declararon en huelga de hambre.Veinticinco años más tarde, Mark Zuckerberg, entonces un estudiante de segundo año en Harvard,
llevó el Facebook a la red y este se volvió tan popular que pronto se extendió a otras instituciones. Originalmente los usuarios debían ser miembros de una comunidad universitaria y el portal promovía una sensación de intimidad y privacidad, algo parecido a la versión virtual de un mundo real protegido. Los miembros podían ver el perfil de todos los otros miembros de la comunidad como si se hubieran encontrado con ellos en el campus, solo que ahora de forma anónima.
En junio de 2008, Facebook superó a MySpace en usuarios mundiales, y se convirtió en la red social de mayor tamaño. A principios de 2009 más de 175 millones de usuarios se habían registrado y utilizaban el portal de forma activa. Una de las características que probablemente haya contribuido al éxito de Facebook son las restricciones sobre lo que pueden ver los usuarios de la red. Facebook solo permite ver a los amigos directos (un grado) y ocasionalmente a amigos de amigos (dos grados, por medio de la función «Gente que tal vez conozcas»). Esto reduce el número de vínculos entre desconocidos, y hace que la gente sienta que su «vida on-line » es relevante
Las redes sociales virtuales no parecen aumentar el número de personas con las que de verdad mantenemos una relación estrecha, y tampoco mejoran de manera esencial nuestra relación con nuestros grupos centrales. Todavía estamos gobernados por nuestras tendencias y capacidades en tanto que primates.Los amigos que tenemos en nuestras redes sociales virtuales se distinguen de nuestros amigos reales en otros aspectos: estas amistades tienden a ser acumulativas (en el mundo virtual la gente tiende a añadir conexiones y no a cortarlas) y la naturaleza de la interacción se ve fuertemente influida por el medio (pequeños destellos de actividad en lugar de conversaciones sostenidas, por ejemplo). Además, en las redes virtuales no solo gestionamos nuestra relación directa con todas estas personas; también seguimos las relaciones entre todas ellas en mucho mayor grado del que haríamos en el mundo real.

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